
Ljudevir Hlavnikov (Severomoravsky, 1987)
Ha compuesto “Canciones Concretas” y diseñado “Non Píeceless” y “The Amniotic Loto”, ambos para el II Festival de Música Estática de Wellspring en 2003. Integró la intervención urbana “Intramuros Libro Mural” en Lima, bajo el auspicio de Tranvías Editores. Actualmente prepara un libro-objeto titulado “Tangente Trino Transversal” para la editorial Sofisma de Máquina Virgen, en Curitiba, Brasil.
www.antypodae.wordpress.com
El Bautizo de Nostrus Cygnus Maximus
-dos poemas inéditos-
Las Bodas de Maoldòmhnaich An-Clùid-Deárthair
A Cristina de Suecia, en la unción de los puertos en que nos despedimos por última vez
y desde entonces la belleza no habida
músculos sin cenit oh pleitesía de severas millas de encaje blando
custodiando los cadáveres aullando al respirador artificial
un flexionado postigo despedaza el volumen en línea rauda recuperación de
nuevos ornamentos a los suplicios del meandro
la órbita que establecen los artefactos sedentarios modifica el deseo precoz
los acertijos ladean el rumor sin término medio
contra los pueblos el arca jamás arredra sus ardientes ortigas dan fertilidad
a los recién nacidos en un disipado satélite
la protoscopía vigila el fin del cielo entre nosotros un jinete paleolítico gravita
con lupa las naves enfermas a la diestra de qué proa el viento
arma a tu amador caballero con las manos vacías de guirnaldas y
sortilegios
catastro castrado del caterpillar en tu cartografía vuelven de toda latitud
aquellos de quien huyó el amor vertido hacia ningún lugar
la eclosión de un alba propicia completa apenas las boreales y las geodas
de otros sonidos
en un laboratorio cardinal los antípodas inscriben encantadores designios
por la durmiente abandonada a su arco iris penetrados de los nueve
firmamentos el extremo el gran vacío
la larva del campanario pule los vitrales y su error es la claridad que los
bellos laberintos reciben pulcramente deshaciéndose de las catedrales
la calesa ha llegado por nosotros
cada viaje sume la lentitud de la copa en que conspira el elixir
imantados por una discreta y grave inteligencia los eclipses de la carne y un
color que se pierde por la oscilación de un árbol despojado de la tarde
fustigan los pasos de una loba siberiana que conquista la umbría de los
zócalos las intemperies trasmiten las mil vergas del andrógino
ruégoles mis campos mis estelas y mis ríos no anhelar al prodigioso que ha
vencido a su sombra rosa que el que vuelve no soy yo ni la bárbara princesa
es quien me acompaña
un ruido sin par ensambla los fetiches y las clavijas del esteta a su apóstata
excelencia
el anj el abanico de ases y complaciente la espada que duerme en nuestros
jardines expuestos a la endemia y la entropía que nada dicen
vestido de tules con una bolsa de arroz las taxonomías repiten perfecciones
regias del niño traidor el más amado campeador
acéfalos lacayos inmóviles peregrinos caballos pintores elefantes acróbatas
ingenuos amaestradores de perros ciegos imitadores de pájaros y fieras
túmidos tragasables campestres pífanos ardientes orfebres mancos
truhanes y gentiles disfrazados o apacibles
no dejaste ninguna sospecha de tu cuerpo
desencadenados miles de pétalos enmudecen a la crisálida y su cicatriz de
pánico humo rinden su donación
breve tránsito del porfiado oh la deshora de un pío impertinente ruiseñor ella
está dormida sonríe disecada
festín bielorruso a la parmesana con gigantes animales y cometas deviene lo
azul y te saluda son miles las mesetas observan las torres
el puente a la misma hora
Gdańsk, 1848
El Bautizo de Nostrus Cygnus Maximus
A Lyenn, durante el enjambre de Swammerdam
eufrates tigris ganges yang-tsé
espadas como ríos delinean nuestro horror bajo este acantilado otro encaje
fucilar destituye al sol en pos de un reino pequeño y rabioso que horade el
cauce del agua
veinticuatro horas solares silban contra el turno de una muerte natural
ciertamente no hallarás nada personal en cristo cuando laves tu cruz entre
las cenizas
alba de enroscado párvulo en el martirologio del símil quieto en el cadáver
calciforme y ejemplar
un sextante demediado se opone al signo ya desierto de un fermentado limo
pirámides que no ceden arena que cautive la fábula del incesto exquisito que
encienda pétalos de nieve oh rosa circuncisa
dijes y mucosas unciales despojos de cielos no correspondidos datos
encallados en la estadística decimal que precede a la primavera
repítase escena en dos lados del electrón en que mandala y urbe se funden
así la incertidumbre y el asombro
ouroboros de huesos uñas y alas en el azufre del fósforo reposa un reloj
huracanado
este es mi rostro
dulce solaz ahíto entre las bestias y los arenales de ocho puntas tal como
rasgó su señal el cordero en los cuatro puntos cardinales de un enjambre
y prefiere devenir lejos de su escolio la perdiz mas tálamo a tálamo tiende
su quebrada en la noria
un nigromante y su ruiseñor acaudalado viajan a la última caricia del ciego
qué explicación dará lo pulsado pulsándose cual emblema
rollos de semilla crispada en los idus salva del agua muerta el paroxismo de
mis llagas y mi desolación suspendida
a partir del fuego vivo la rama se devela entre los muertos ofreciendo honor
y gloria en su relicario
coro nupcial habrá tras la fracturación de la mies y las ninfas velarán con
las larvas la fija hora del polen el destierro será meditado al unísono
inmóvil y pálido un púber bebe la estela del crepúsculo y desdobla los
prodigios
doble llama ocaso y amanecer de las ascuas donde inflama el mundo la
eucarística transfiguración del cisne
tripartito el nombre y dual su heráldica la criatura gira sobre un tiempo
aural
dispersos los asteroides en cromáticos signos vertebrados la música
acompaña al huésped hasta sus orgones
un confín de holocaustos y sacrificios ante la fiebre y el acto de bondad
propone su cicatriz
visiones de estupor y piedad se adhieren al recién venido denodando la sed
para su extrema transitividad
oh sinfonía de quieta dulzura custodia a mi hermano en la orilla
acá vendrá un día a recibirme de este viaje y llevará un muerto como el mío
al lado de los vivos
para que en el mar pueda extraviarse mi cuerpo en su resplandor
de los escombros sea la virtud que aplique al dorso de la lenguaD
Brandemburgo, s.XV
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