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Poesía visual: dos ensayos / Jorge Santiago Perednik


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Jorge Santiago Perednik (Buenos Aires, Argentina, 1952)
 
   Poeta, ensayista y traductor. En género poesía ha publicado Los mil micos (1979), El cuerpo del horror (1981), El shock de los lender (1985), Un pedazo del año (1986), El fin del no (1991), Variaciones pad- in (1996) y La desconocida-Circo macedonista sobre "Adriana Buenos Aires" (1998). En el género ensayo consta de varios libros y traducciones de escritores de habla inglesa. En 1980 fundó la revista Xul. Signo viejo y nuevo y desde 1995 co-dirige la revista DERIVA de la literatura
.

Foto de Periódico de Poesía (UNAM): 
http://www.periodicodepoesia.unam.mx
 

Poesía visual: dos ensayos

-dos trabajos inéditos del autor argentino: 
un ensayo visual sobre la isla de Cuba 
y un texto sobre Roberto Scheines-

5 ensayos sobre Cuba





Los poemas visuales de Roberto Scheines





Poemas de Roberto Scheines

Los poemas visuales de Roberto Scheines están hechos con una máquina de escribir mecánica. Esto les da una modalidad característica, “el efecto dactilográfico”, que en virtud del uso de ciertas tipografías habituales y de una manera de impresionar los caracteres sobre el papel permite, al leer el texto, entre otras cosas, reconocer inmediatamente el instrumento que le dio origen. A lo que hay que sumar un segundo efecto, cronológico: en pleno siglo XXI, en una era de computadoras que la relegaron, la máquina dactilográfica sugiere a los lectores un pasado que predominó durante décadas y a la vez un presente inactual. En otras palabras, su uso al escribir los poemas introduce el tema del tiempo: hace jugar la antigüedad como cuestión de estilo. Finalmente agrega a todo esto un efecto de desubicación funcional: una máquina inventada para construir palabras, frases, oraciones, es usada para construir figuras y formas. Este uso es intencionadamente divergente respecto de su tradición: Scheines, a través de sus poemas, hace de una máquina teleotextual una máquina teleoplástica.

La alteración forzada del dispositivo involucra un problema con la representación: los poemas dicen referirse a cosas o situaciones de la realidad, pero las figuras y formas que construyen, en virtud del instrumento usado, no pueden sino estar traducidas al efecto dactilográfico. En vez de los fundidos de puntos para lograr líneas y planos, hay en los poemas de Scheines visibles sucesiones de signos, incluyendo todos los que la máquina de escribir permita, además de las letras y los números. El primer resultado en las líneas y superficies es que no siempre son continuas: entre un signo y otro suele haber espacios, y el ojo debe completar la discontinuidad y a la vez sostenerla. Por otro lado las superficies, debido a esta discontinuidad, son inevitablemente tramadas, según sea la tecla o la combinación de teclas que se usen en su confección. He aquí unos pocos ejemplos entre miles de combinaciones posibles:

XXXX
XXXX
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Su poética, dada esta voluntad de referirse al mundo exterior, es imitativa; pero no sólo quiere reproducir una imagen, sino también alejarse de ella. Trabaja con la misma lógica del impresionismo, aunque invertida: cuando la aparición de la fotografía hace que toda la tradición anterior a ella, que era pre-fotográfica, se vuelva fotográfica, el impresionismo da un salto al futuro, necesita ser post-fotográfico. Contrariamente, los poemas de Scheines dan un salto al pasado, porque vuelven a un instrumento que los escritores dejaron de usar, pero además dan un salto a otra cosa, porque aunque usan ese instrumento para explotar el alfabeto dactilográfico lo hacen sobre todo por sus posibilidades plásticas.

En los poemas hay dos elementos diferenciables que se combinan: la figura, sobre la que se habló hasta ahora, y un texto, a veces sólo un título, a veces además una explicación o comentario. El texto es imprescindible en la medida en que el efecto poético se produce no en la imagen aislada sino en su relación con las palabras que la acompañan. La inserción de la imagen y el texto crea un doble estándar en el uso de los signos: el mismo conjunto sirve para hacer el dibujo de la imagen y para escribir el texto; los signos que funcionan no lingüísticamente y los que funcionan lingüísticamente se suman para decir lo mismo. Este uso de una literalidad que procura la repetición y la redundancia, como al representar unos ojos de mosca y llamar al poema “Ojos de mosca”, logra un primer efecto de ingenuidad. Una segunda ingenuidad está en la imagen, en la elección de una primitividad característica de la pintura naïve, que evoca lo que puede ser dibujado por un niño o una persona técnicamente rudimentaria. A la vez es ingenuo el uso alterado del instrumento: la mirada que construye los poemas ve formas, elementos para el dibujo, donde la educación enseñó a ver letras incluso a quienes no las saben leer; esta “rareza” este pequeño “escándalo”, hace al arte de Scheines. También es ingenua la atracción temática de los textos hacia el polimorfismo de los desvíos; la ingenuidad es curiosa de la catástrofe, o de la monstruosidad, o de lo repulsivo, o prohibido, o extraño: el estallido de un volcán, la unión de los hermanos siameses, las alas de un murciélago, la frase oída por casualidad, detalles de cierta cultura desaparecida.

Una posible reacción a la lectura de los poemas de Scheines, que él define como concretos, es la risa, una risa incontenible. Si uno ríe ante este universo sin cualidades, sin sentido, sin valor, es porque ha podido aceptar o rendirse a lo que los poemas proponen; en ese caso la ingenuidad le estalla en la boca. El emperador estaba desnudo y todos lo veían con ropa, unos ojos de niño mostraron la verdad y la risa fue el signo y el remedio: la admisión del error hace reír y cura a los errados. La risa pasa y sigue el asombro, que insiste en que se miren las obras. ¿Qué se puede ver? Desde la subjetividad de las personas unos poemas serenos, que suspenden la tormenta mental en el lector, porque hacen con el dispositivo de la poesía un uso alterado paralelo al que se hace con la máquina de escribir. Ya no más operar con una lengua que genera significaciones sino con una no-lengua que interrumpe los flujos. Desde los registros y la memoria unos poemas cuyas marcas, sin precedentes, sellan una entrada distintiva si no única en la historia de la poesía argentina.D



1 comentarios:

Poetas de APOA dijo...

El abrazo de siempre para Perednik... desde el Taller de Poesía del Hospital Moyano (donde Jorge tiene su lugar). Daniel. www.apoaenelmoyano.blogspot.com

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